Aunque parezca mentira todavía hay gente que aún no han descubierto lo que divierten los globos, algunos científicos que no tuvieron tiempo de manipularlos en su juventud monótona y anodina ahora descubren sus beneficios.
En la Universidad de Toronto se ha creado la cátedra del globo. Una carrera que constará tendrá temarios como “Inflar un globo y no perder la conciencia”, “Escala musical frotando un globo”, “Balística del lanzamiento de globos de agua” o “El globo de agua no es un condón”
En la Universidad de Toronto se ha creado la cátedra del globo. Una carrera que constará tendrá temarios como “Inflar un globo y no perder la conciencia”, “Escala musical frotando un globo”, “Balística del lanzamiento de globos de agua” o “El globo de agua no es un condón”
De nuevo, el Doctor Nicomedes Valeriano se pone al frente de la innovación científica. Como dice él mismo: “Pobre de aquel que se reprima de la experiencia de sobar un buen par de globos. Cuando salgo tarde del laboratorio, como siempre, y llego a casa, después de cenar me tumbo en el sofá con mis dos globos bien hinchados y los sobo durante horas. He podido comprobar, no sólo que es relajante y muy útil contra el estrés, sino que además produce una serie de alucinaciones la mar de reales. Ayer mismo creía estar en un club de estriptis rodeado de chicas amables, y no solo no era real sino que me salió gratis… bueno, lo que me costó la bolsa de globos”
En la imagen superior podemos ver a los típico niños que no jugaron nunca con globos, pero que seguro han tenido un futuro prometedor como vendedores de seguros, sindicalistos o algún tipo de jefe tocapelotas.
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