Acostumbrados tras tantos años de festejos a las cornadas de toros, en Pamplona quieren volver al espíritu del riesgo y a partir de este año en vez de toros soltarán banqueros por las calles
El populacho lo estaba pidiendo hace tiempo, y es que una cornada hoy día ya no es lo que era antes. Con tanta UVI móvil al acecho el riesgo de morir en un encierro era cada vez menos atractivo para los valientes mozos. Después de pensar muchas opciones (se llamó a las pijas con chiguaguas pero por estas fechas no están disponibles debido a las rebajas de julio) se llegó a la conclusión que lo único más peligroso que unos toros serían un grupo de banqueros corriendo listos para hipotecar a todo al que se diera caza.
El populacho lo estaba pidiendo hace tiempo, y es que una cornada hoy día ya no es lo que era antes. Con tanta UVI móvil al acecho el riesgo de morir en un encierro era cada vez menos atractivo para los valientes mozos. Después de pensar muchas opciones (se llamó a las pijas con chiguaguas pero por estas fechas no están disponibles debido a las rebajas de julio) se llegó a la conclusión que lo único más peligroso que unos toros serían un grupo de banqueros corriendo listos para hipotecar a todo al que se diera caza.

Este cambio en los encierros ha hecho más atractiva la fiesta de San Fermín, aunque mucho más peligrosa, ya que una cornada no dura treinta años o más, y nunca podría heredarse. A los mozos se les ha notado mucho más precavidos y asustadizos que otros años, como es lógico. Viejos del lugar no recuerdan tanta emoción y lágrimas cuando los mozos cantaron el “Pobre de mí” este año. Este año también se han reforzado las puertas adyacentes al recorrido, debido al peligro de desahucio si algún banquero entrara.
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