Muy buenas queridos lectores de el Acojonje.com, la entrevista de hoy nos trae a un personaje desconocido, lleno de misterio y que al mismo tiempo acojona, al igual que ese monstruo imaginario que habitaba en el armario de la mayoría de niños de ¡España! Pero al contrario que este, el presidente de la comunidad, nuestro invitado de hoy, es real, tan real que me acabo de acordar que debo dos meses de comunidad y que tengo que bajar a por el pan, espero no encontrármelo en el ascensor
Un presidente de la comunidad nace, no se hace y si no vales no vales, eso dice Adolfo Jindler Rumenigue, presidente de la manco comunidad de propietarios, cuyo objetivo en la vida es dirigir el destino de sus convecinos a golpe de disciplina y mano dura.
Su política se basa en la implantación de un nuevo idioma como diferenciador de la nueva raza de propietarios de esta su comunidad, debido a su origen germánico calé, el señor Adolfo ha instaurado el alemán con acento palmelli para con sus convecinos, así cualquier persona ajena a dicha esta su comunidad, será rápidamente identificada como agente externo y por lo tanto expulsada y, o, u humillada delante de el conserje sin miramientos.
Además de esto, ha incluido un nuevo paquete de medidas que según él llevara a esta su comunidad a erigirse como un ejemplo de gobierno e intachable planificación ante sus coetáneas y ante Paqui la charcutera.
Alóra sepamos más sobre este personaje que habita en cada una de las comunidades de este país llamado ¡España! y que seguramente nació del convencimiento de que no hay nación sin cabrón, digo sin santo varón.
Llegamos pronto a nuestro encuentro con el presidente de la mancocomunidad de propietarios, el señor Adolfo Jindler Rumenigue, un conserje nos recibe y nos hace saber varias cosas relacionadas con el protocolo y las buenas formas, entre las cuales están:
Dirigirse a los empleados de la mancocomunidad como lacayo 1 y lacayo 2, osease portero y jardinero.
Antes de entrar a la comunidad se ha de realizar el baile de la macarena pero cantada en Bábaro y con acento de los Cárpatos.
Cuando nos dirijamos a cualquier miembro de la junta de gobierno, nunca se les ha de mirar fijamente a los ojos.
Besar los pies de la señora del presidente, incluso antes de hacer una reverencia a el nuestro líder y guía.
Llevar la ropa interior por fuera, esto fue idea del vecino del 4º que es superhéroe en sus ratos libres.
Hablar en alemán con acento palmellí entre los vecinos y o u en los enrededores de esta su comunidad.
Y como norma básica y pilar sostén de la convivencia vecinal, se ha de lucir un lustroso bigotito, este no ha de tener más de 5cm de largo ni 2cm de ancho, independientemente ya se trate de vecino y, o, u vecina.
Un presidente de la comunidad nace, no se hace y si no vales no vales, eso dice Adolfo Jindler Rumenigue, presidente de la manco comunidad de propietarios, cuyo objetivo en la vida es dirigir el destino de sus convecinos a golpe de disciplina y mano dura.
Su política se basa en la implantación de un nuevo idioma como diferenciador de la nueva raza de propietarios de esta su comunidad, debido a su origen germánico calé, el señor Adolfo ha instaurado el alemán con acento palmelli para con sus convecinos, así cualquier persona ajena a dicha esta su comunidad, será rápidamente identificada como agente externo y por lo tanto expulsada y, o, u humillada delante de el conserje sin miramientos.
Además de esto, ha incluido un nuevo paquete de medidas que según él llevara a esta su comunidad a erigirse como un ejemplo de gobierno e intachable planificación ante sus coetáneas y ante Paqui la charcutera.
Alóra sepamos más sobre este personaje que habita en cada una de las comunidades de este país llamado ¡España! y que seguramente nació del convencimiento de que no hay nación sin cabrón, digo sin santo varón.
Llegamos pronto a nuestro encuentro con el presidente de la mancocomunidad de propietarios, el señor Adolfo Jindler Rumenigue, un conserje nos recibe y nos hace saber varias cosas relacionadas con el protocolo y las buenas formas, entre las cuales están:
Dirigirse a los empleados de la mancocomunidad como lacayo 1 y lacayo 2, osease portero y jardinero.
Antes de entrar a la comunidad se ha de realizar el baile de la macarena pero cantada en Bábaro y con acento de los Cárpatos.
Cuando nos dirijamos a cualquier miembro de la junta de gobierno, nunca se les ha de mirar fijamente a los ojos.
Besar los pies de la señora del presidente, incluso antes de hacer una reverencia a el nuestro líder y guía.
Llevar la ropa interior por fuera, esto fue idea del vecino del 4º que es superhéroe en sus ratos libres.
Hablar en alemán con acento palmellí entre los vecinos y o u en los enrededores de esta su comunidad.
Y como norma básica y pilar sostén de la convivencia vecinal, se ha de lucir un lustroso bigotito, este no ha de tener más de 5cm de largo ni 2cm de ancho, independientemente ya se trate de vecino y, o, u vecina.
Una vez conocido el protocolo y en cagarme en la calavera del presidente (mentalmente), nos disponemos a realizar el baile de la macarena cantada en Bábaro con acento de los Cárpatos cuando aparece el señor Adolfo Jingler Rumenigue, el cual llegaba de comprar el periódico, por supuesto en alemán.
Acojonje: Buenos días señor Rumenigue
Adolfo: Llámeme Fito como el de los fitipaldis
A: Señor Fito, entrando en materia ¿no cree que su política de gobierno atenta contra los derechos más esenciales del ser humano como poder dejarse un bigote a gusto del portador?
AD: Querido externo, no puede hablar de algo que desconoce, en esta mi comunidad se vive tan tranquilo, tan bien, todo no puede ser perfecto, déjeme recrearme, hasta Martin Luther king me pregunto en su momento si quedaban pisitos libres.
A: Bueno si, vale, pero esta comunidad es de nueva construcción y el señor Martin murió asesinado hace muchos años.
AD: ¿Duda de mi palabra querido externo?
Un leve codazo del lacayo 1 (el conserje) me recordaba que no debía mirar fijamente a los ojos del presidente ni otro personaje perteneciente a la junta de gobierno.
AD: ¿Se encuentra bien?
A: O si son gases.
AD: Mire usted, que buena idea a partir de ahora a los morosos se les gaseara con ventosidades de nuestro conserje hasta que pague sus deudas, soy el presidente, puede hacerlo, mire si soy grande.
A: Hablando de economía, ¿como llevan las cuentas de esta su comunidad?. (Mirando al suelo).
AD: Al día, como los gallumbos que llevo, aquí no hay morosos, bueno si hubo uno una vez, aparte de no querer llevar bigote, no quiso hablar alemán, ni llevar la ropa interior por fuera el tío.
A: ¿Y que hicieron al respecto?
AD: Pues nada esta encerrado en el sótano sin derecho a leer prensa alemana, tampoco puede besar los pies de mi señora, el se lo ha buscado.
A: ¿Tienen un hombre secuestrado en el sótano?
AD: ¿Le parece mal?
A: No, no, que va. (Mirando al suelo)
AD: El gobierno de este que soy yo será un ejemplo para las generaciones venideras amen.
A: Aún no me ha contestado a la pregunta de como esta la situación económica, la mental ya la conocemos de esta su comunidad.
AD: Bueno querido externo, el paquete de medidas aprobado en la ultima junta de gobierno, en la cual solo yo y mi señora tenemos derecho de voz y voto, por razones obvias, esta enfocado a mejorar la economía mía y de nadie más, asin nes.
A: Solo una pregunta ¿como soportan esta situación sus súbditos?
AD: Me gusta esa palabra. Pues de buena gana y ahora me marcho que tengo que cambiarme de gallumbos, esta tarde hay junta extraordinaria y no voy a ir enseñando estos palominos ¿no?, para eso ya están mis lacayos, los pobres, a la, ¡viva el rey, viva el orden y la ley!.
En un pispas el señor Fito realiza la coreografía de la macarena cantada en Bábaro con acento de los Cárpatos y se interna en sus dominios, para seguir propagando el terror y la mano dura entre sus convecinos, el conserje que también lleva la ropa interior por fuera, me pasó una nota en la cual rezaba, ¡socorro!, escrito en alemán y por la letra no dudaría en afirmar que con acento palmellí.
Acojonje: Buenos días señor Rumenigue
Adolfo: Llámeme Fito como el de los fitipaldis
A: Señor Fito, entrando en materia ¿no cree que su política de gobierno atenta contra los derechos más esenciales del ser humano como poder dejarse un bigote a gusto del portador?
AD: Querido externo, no puede hablar de algo que desconoce, en esta mi comunidad se vive tan tranquilo, tan bien, todo no puede ser perfecto, déjeme recrearme, hasta Martin Luther king me pregunto en su momento si quedaban pisitos libres.
A: Bueno si, vale, pero esta comunidad es de nueva construcción y el señor Martin murió asesinado hace muchos años.
AD: ¿Duda de mi palabra querido externo?
Un leve codazo del lacayo 1 (el conserje) me recordaba que no debía mirar fijamente a los ojos del presidente ni otro personaje perteneciente a la junta de gobierno.
AD: ¿Se encuentra bien?
A: O si son gases.
AD: Mire usted, que buena idea a partir de ahora a los morosos se les gaseara con ventosidades de nuestro conserje hasta que pague sus deudas, soy el presidente, puede hacerlo, mire si soy grande.
A: Hablando de economía, ¿como llevan las cuentas de esta su comunidad?. (Mirando al suelo).
AD: Al día, como los gallumbos que llevo, aquí no hay morosos, bueno si hubo uno una vez, aparte de no querer llevar bigote, no quiso hablar alemán, ni llevar la ropa interior por fuera el tío.
A: ¿Y que hicieron al respecto?
AD: Pues nada esta encerrado en el sótano sin derecho a leer prensa alemana, tampoco puede besar los pies de mi señora, el se lo ha buscado.
A: ¿Tienen un hombre secuestrado en el sótano?
AD: ¿Le parece mal?
A: No, no, que va. (Mirando al suelo)
AD: El gobierno de este que soy yo será un ejemplo para las generaciones venideras amen.
A: Aún no me ha contestado a la pregunta de como esta la situación económica, la mental ya la conocemos de esta su comunidad.
AD: Bueno querido externo, el paquete de medidas aprobado en la ultima junta de gobierno, en la cual solo yo y mi señora tenemos derecho de voz y voto, por razones obvias, esta enfocado a mejorar la economía mía y de nadie más, asin nes.
A: Solo una pregunta ¿como soportan esta situación sus súbditos?
AD: Me gusta esa palabra. Pues de buena gana y ahora me marcho que tengo que cambiarme de gallumbos, esta tarde hay junta extraordinaria y no voy a ir enseñando estos palominos ¿no?, para eso ya están mis lacayos, los pobres, a la, ¡viva el rey, viva el orden y la ley!.
En un pispas el señor Fito realiza la coreografía de la macarena cantada en Bábaro con acento de los Cárpatos y se interna en sus dominios, para seguir propagando el terror y la mano dura entre sus convecinos, el conserje que también lleva la ropa interior por fuera, me pasó una nota en la cual rezaba, ¡socorro!, escrito en alemán y por la letra no dudaría en afirmar que con acento palmellí.
0 comentarios :
Publicar un comentario
¡Manifiéstese gañan!