SIN SANIDAD PERO CON ROSARIOS

Debido al empeño que estamos haciendo entre todos para ayudar a reflotar la banca, castigada por esta nefasta crisis, continúan los recortes para desmantelar la sanidad

Un servicio público de tan poca utilidad para gente sana y de pocos vicios tenía los días contados.  Las grandes empresas de seguros han manifestado que harán un esfuerzo titánico para cubrir la demanda de los posibles enfermos, que con toda seguridad serán unos pecadores de mucho cuidado.

Dentro de poco, cuando queramos atención médica tendremos que tratar con el contestador automático del seguro el cual nos ayudará con el amago de infarto con la misma rapidez y dedicación que hacen con la humedad del techo o el accidente de coche.
  

(Esta señora se creía que las cuentas del rosario eran pastillas para el corazón)

La Iglesia también se ha puesto manos a la obra y ha dado a conocer que gracias a las ayudas millonarias que reciben del estado van a regalar a los creyentes que estén interesados un rosario para que el paciente espere pacientemente cuando esté en lista de espera.  Para los que no sean creyentes, el Arzobispo Rouco Mefolloencima ha declarado que “Quien no se haya convertido, tiempo ha tenido”

Poco a poco nos pondremos a la altura de EEUU, quien es el país desarrollado con la mayor tasa de mortalidad en el embarazo y el parto gracias a su maravillosa sanidad pública.

Todo apunta a que estamos de suerte, ya que esto también favorecerá el renacimiento de la antigua beneficencia, la cual nos podrá atender como último recurso a todo aquel que no tenga dinero suficiente para hacerse un buen seguro privado o no haya rezado lo suficiente como para que le regalen un rosario.  Gracias a las limosnas de las grandes fortunas podremos estar tranquilos y/o descansar en paz.

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