UN PERRO APRENDE A CONTAR CHISTES

Cuando la humanidad estaba ilusionada con la milagrosa noticia de la aparición de la cara de Jesucristo en el ano de un perro, ahora se queda aún más sorprendida ante esta increíble habilidad de otro perro

Para despejar dudas se ha examinado el ano de Torpedo (así se llama el perro humorista) para comprobar si también se le parecía a la cara de alguien. Las dificultades han sido enormes ya que al enterarse, al can le dio un ataque de risa con espasmos durante varias horas. Cuando por fin remitieron un poco las carcajadas, un notario acompañado de un procurador y una experta en uñas de porcelana examinaron el culo de Torpedo llegando a la misma conclusión, se parece enormemente a la boca de Belén Esteban. Al enterarse el perro se le cortó el ataque de risa y estuvo toda esta tarde lamiéndose el cipote tristemente.

(Torpedo contando un chiste en una visita a un colegio)

Cuenta el amo que ya de cachorro parecía oírle ladrar palabras sueltas como “tedacuen”, “nopuedor” o “grijander” pero creía que estaba provocado por el anís que continuamente toma él porque sí. Pero un día cuando lo paseaban por el parque, Torpedo se quedo mirando a una pareja que estaban sobándose en un banco y dijo el perro: “El tío está más caliente que el cenicero de un paritorio”. En ese momento supo que era el perro quien hablaba y no su imaginación, ya que el día anterior se le acabó la última botella de anís y estaba totalmente sobrio. Al entender lo trascendente de la situación, intentó mantener conversaciones filosóficas con su perro, pero entre que él era fiel seguidor del anís y el perro un cachondo mental nunca han pasado de los chistes.
El Acojonje se ha puesto en contacto con el dueño de Torpedo para contratar a Torpedo como responsable de nuestra editorial de Economanzas y Política Exterior, a ver si tenemos suerte y podemos subir el nivel en la redacción.

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