domingo, noviembre 07, 2010
Joaquin
Esta especie está protegida por Antonomasia (Ministra del buen ambiente y el llevarse bien) desde el año 1988, año en el que las impresoras matriciales empezaron a popularizarse.
La nueva muchachada puede que no recuerde las entrañables máquinas de escribir, con sus ruidos martilleantes, sus atascos, su cutre carrete ensuciador… pero aún así, era muy amiga de sus dueños. Hoy en día ya nadie se acuerda de ellas y viven en ocultas en los bosques, alimentándose de papel por las noches para no ser vistas. Ahora en otoño comienza su época de celo y salen de día para buscar pareja. Normalmente llegan hasta los bares de carretera ya que no pueden procrear si no se encuentran totalmente borrachas, algo muy parecido a lo que nos ocurre a los humanos.
La nueva muchachada puede que no recuerde las entrañables máquinas de escribir, con sus ruidos martilleantes, sus atascos, su cutre carrete ensuciador… pero aún así, era muy amiga de sus dueños. Hoy en día ya nadie se acuerda de ellas y viven en ocultas en los bosques, alimentándose de papel por las noches para no ser vistas. Ahora en otoño comienza su época de celo y salen de día para buscar pareja. Normalmente llegan hasta los bares de carretera ya que no pueden procrear si no se encuentran totalmente borrachas, algo muy parecido a lo que nos ocurre a los humanos.
(Cazador sin escrúpulos dando matarile a una máquina de escribir)Muchos zoológicos de todo el mundo se están apresurando a intentar criar en cautividad a estas máquinas, pero su manía de estar siempre borrachas obliga a tener un alto presupuesto, ya que encima sólo beben ron caribeño de más de doce años. En palabras de uno de los directores de estos zoológicos: “Me parece a mí que como no se adapten al garrafón, le van a dar mucho por culo”
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