En la ciudad polaca de Pastuka un transeúnte se siente atraído por un tranvía y después de mucho papeleo se casan y se prometen amor eterno, hasta que la ITV los separe.
La ceremonia tuvo lugar en la cochera y la ofició a medias un mecánico y el concejal de transportes. No asistió la familia del vehículo ya que el padre tenía mal la trócola y de la madre no se sabe nada (se rumorea que era una caravana bastante díscola)
Por lo visto, el gañan del novio es bastante celoso y ha llegado a increpar a los usuarios del transporte, diciéndoles: “Aquí nadie excepto yo se sube, en mi mujer nadie entra, hombre ya”. Aunque una sentencia judicial le obliga a dejar que su mujer siga trabajando, el hombre la vigila de cerca como se ve en la imagen.
La ceremonia tuvo lugar en la cochera y la ofició a medias un mecánico y el concejal de transportes. No asistió la familia del vehículo ya que el padre tenía mal la trócola y de la madre no se sabe nada (se rumorea que era una caravana bastante díscola)
Por lo visto, el gañan del novio es bastante celoso y ha llegado a increpar a los usuarios del transporte, diciéndoles: “Aquí nadie excepto yo se sube, en mi mujer nadie entra, hombre ya”. Aunque una sentencia judicial le obliga a dejar que su mujer siga trabajando, el hombre la vigila de cerca como se ve en la imagen.
La madre del novio se siente muy orgullosa del enlace y ha declarado “Mi hijo tiene mucho amor que dar, yo creo que esta relación la lleva muy bien encarrilada”. Ante la pregunta de que si espera descendencia del matrimonio, dijo: “Mi hijo tiene mucho cariño, pero carné de conducir ni uno. Así que esperamos que sea taxi, con chofer y todo”
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¡Manifiéstese gañan!